Here we go...
2018.
*RESPIRA HONDO*
El 2017
fue algo así como una visita a la playa….
Por la
mañana todo esta soleado, hay música, risas, todo es lindo mientras chapoteas
en el mar hasta que…
PUM
Te
revuelca una ola.
Te sumerge
y arrastra sobre la arena áspera, se te mete el agua a la nariz y no sabes ni
como, cuando o a donde ir; pero de pronto, ya estás de vuelta en la superficie.
En su
retirada te deja abatido, confuso, incómodo, empapado. Pero de pronto tomas un
respiro hondo, miras a tu alrededor y te
das cuenta de que ya casi no hay música,
las risas son pocas a esas horas de la tarde y el sol está por desaparecer en
el horizonte. Ya no quema, ni la atmósfera es tan vibrante, pero el momento es
más que perfecto; quizá incluso mejor que antes, te sientas en el camastro,
pides una piña colada y te acomodas para ver el atardecer.
Así fue mi
año.
Empezó
tecnicolor, seguido de mucha estática para terminar sin filtro, bello y real.
Las
vacaciones para mí son esenciales para recargar las fuerzas y regresar a mi
centro.
MI CENTRO
Nunca he
sabido bien que es eso… Pero desde hace un par de años comencé a llamarle así a
esos periodos de paz interior.
Ya saben,
el momento que llega tiempo después de que pasa el día del examen para el que
tanto has estudiado, te peleas con una amiga o cortas con alguien en el que las
cosas se arreglan o le das vuelta a la hoja… Pero eres por fin libre.
Y no es
que no lo fuera, pero estaba muy estresada con la Uni, dejé de ir al gym, deje
de preocuparme por lo que comía, estaba en un tratamiento médico cuyos efectos
secundarias me traían hiper-sensible emocionalmente y eso aunado a mi
resultante intolerancia a todo y a todos, y le puse fin a muchas tonterías,
dramas adolescentes (Si, en plena Universidad, porque la gente no madura) que
no deberían de haber sido tan importantes pero que fueron las gotitas que
derramaron el vaso en lo que ya era mi caos cotidiano. Estaba agotada y me
sentía algo sola. Me permití ser la víctima y me retraje. Pero
salimos de vacaciones y se acabó. Entré en ese estado en el que tu mente deja
por fin de pensar en el asunto y puedes hacer las cosas que te gustan sin tener
algo molestándote en segundo plano.
MI CENTRO
Usualmente
me tardo un par de semanas en llegar a eso, pero este último mes decidí
desconectarme de TODO e invertir mi energía en mis hobbies.
Leí,
pinté, escribí, empecé un bullet journal (google it es como una agenda
interactiva) fui de shopping, pase tiempo de calidad con mi familia y vi series
a más no poder.
Me
construí una paz a base de placeres de la que no quiero salir. Literal.
Pero hoy
regresé a la Universidad, y debo admitir que estaba aterrada. Aterrada de que
esta burbujita que tanto trabajo me costó construir fuera demasiado frágil para
lo que hay afuera y que con una sola miradita pesada se fuera a quebrar. Pero
aun así, por otro lado, este año me emociona.
No se cómo
explicarlo pero siento que el 2018 va a ser grande.
No sé si es mi amor por los comienzos. Amaneceres, lunes, la primera
hoja de un cuaderno nuevo o este 2018 realmente viene con una energía
diferente.
Pero lo
veo como el primer año de mi vida adulta, llena de posibilidades pero aún con muchísimos
capítulos sin escribir y cosas sin experimentar.
Hoy llegué
a mi primera clase como el primer día hace casi 2 años sin conocer a nadie.
Después de tanto drama quería empezar de cero y para el segundo periodo ya
estaba conversando plácidamente con un grupo de desconocidos muy agradables.
Dicen que
lo mejor que puedes hacer después de caerte del caballo es volverte a subir. No
esperar, no dejar de hacerlo hasta que sientas que es el momento, sino hacerlo
en el momento y ya.
Este año
planeo hacer eso. No pensarla tanto, aventarme y darme cuenta de que de verdad
no todo es decisivo en esta vida. Tu meta y tu propósito son parte de TU vida.
Si alguien
quiere acompañarte en ella bien…
Sino, MÁS PARA
TI
Happy
2018!
Les deseo
todo lo mejor para este año… que decreten y cumplan todo lo que se propongan.
Roberta
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